
Ilustración: «Perséfone, la doncella y reina del mundo subterráneo». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.
Perséfone simboliza, por un lado, a la Koré, joven adolescente, la que no se hace responsable, la que vive retirada en su mundo de fantasía. Por otro, a la reina del Mundo Subterráneo, que desciende hacia las propias profundidades de su ser para salir transformada.
Es una mujer de apariencia siempre joven, dispuesta a dejarse llevar, de forma complaciente y pasiva. Es la hija de la madre, buena chica y obediente. Su sexualidad suele despertar tarde.
En el amor, buscará unirse a personas inexpertas como ella, o bien a parejas rudas -atraída por su personalidad dominante- que son seducidas, a su vez, por la inocencia de ella.
Perséfone vive como la niña eterna que no se compromete con nada ni con nadie en espera de que ocurra algo que le haga actuar.
Con la bajada traumática a los laberintos de su propio infierno interior, tomará conciencia de sus necesidades y de sus poderes. De esta manera, le será posible transformarse en mujer resplandeciente, apasionada y profunda. Así, tendrá la sabiduría suficiente para poder acompañar a otros en este mismo viaje.
A veces, es necesario cultivar la cualidad receptiva de Perséfone: esperar a que la situación cambie, o los sentimientos se clarifiquen, para después actuar.
¿Qué te parece invocar a Perséfone, cuando quieras permanecer más abierta y receptiva?
Fuente: «Las diosas de cada mujer» de Jean Shinoda Bolen.