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Esta «chica de Fuego» que creé para el calendario y agenda Mujeres de la Naturaleza tiene el aire caribeño e inspirador que tiene para mí el inminente comienzo del verano. Al menos así me han dicho en el Viejo San Juan de Puerto Rico donde he tenido la suerte de pasar unos días: “Esta es de las nuestras”, comentaban cuando veían el dibujo. Y así quiero invitaros a empezar este mes de junio, con la fuerza y la pasión que reina en el Caribe, y que también nos corre por dentro cuando confiamos en nosotras mismas, nos abrimos a la generosidad del universo y nos atrevemos a poner en pie nuestros sueños.

Ilustración: «Mujer Fuego». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.

A continuación os dejo con las palabras de la Mujer Fuego:

“Desde que fue descubierto el fulgor de mis llamas, me han adorado como a una divinidad. Soy la personificación del espléndido sol sobre la tierra. Al dar calor y confort al cuerpo, siempre se me ha asociado a la vida y a la salud. Las Vírgenes del Sol del Imperio Inca, en Perú, me mantenían encendida día y noche.

Mi estado tiene el poder de transformar por excelencia. Simbolizo el aprendizaje y el estado de iluminación. En mí, Mujer Fuego, confluyen las dos polaridades: la creación y la destrucción, del mismo modo que el anhelo apasionado nutre y devora a la vez.

Por esa sorprendente cualidad, en muchos ritos me utilizan en antorchas, fogatas y cenizas para purificar y favorecer el bienestar de los congregados. En las hogueras de la Noche de San Juan, despliego mi ardiente melena para imponer el dominio de la luz sobre las tinieblas, el triunfo del bien sobre el mal y la supremacía de la energía positiva sobre la negativa.
También represento el sexto sentido, la intuición. Mi poder habita en lo más profundo de tu ser. Soy la energía vital que fluye por tu cuerpo, desde la parte inferior hasta la más alta.
Mis llamas acogen el secreto de la transformación, una sabiduría ancestral femenina que reside, como mi danza sin fin, en el auténtico deseo de trascender y vivir”.

 

Y tú ¿Cómo pones en acción tu fuego interior?

 

Iniciamos Mayo con una nueva ilustración de mi calendario de Mujeres de la Naturaleza, recibiendo la llegada del calor. El día 1 de mayo llega la festividad celta de Beltane, que simboliza el comienzo de la luz, de la siembra y el pastoreo. Es una fiesta de alegría, colores y gracias. Se celebra la fertilidad y la sexualidad, el ciclo de la fecundación y la floración. Por eso pensé que una buena forma de ilustrarlo era introducir una pareja cómplice en plena naturaleza. Además, eso me permite hablar de la existencia de la polaridad.

Ilustración: «Mujer Yin-Yang». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.

Según la sabiduría oriental, los ciclos de la naturaleza se basan en la puesta en escena de dos fuerzas opuestas y complementarias: la energía femenina, yin y la energía masculina, yang.

Todo en el universo se compone de estos dos polos positivo y negativo: luz y oscuridad, cielo y tierra, pensamiento y sentidos, hombre y mujer. El yang, masculino, es dominante, activo y se le relaciona con el día, el fuego y el aire. El yin, femenino, es dócil y receptivo, está asociado con la noche, el agua y la tierra.

¿Cuál de los dos es vencedor? Absurdo dilema, pues el equilibrio del cosmos nace de la alternancia gradual del uno transformándose en el otro.

Yo, Mujer Yin Yang atiendo por igual a mis dos aspectos, masculino y femenino. Cuando me encuentro con una pareja, no caigo prisionera de mi propio yin, ni tampoco me hundo en la emocionalidad. Pongo mi animus, hombre interior, al servicio de mi yo femenino, para mantener en el centro el enfoque de mi corazón.

Por su parte, el varón equilibrado no se perderá en su fogosa sexualidad, al unirse con la otra persona. Pondrá su anima, mujer interior, en una posición de mayor empatía y, utilizará la fuerza de esa pasión, para estar presente en el compartir con el otro.

Con esta conciencia, no dependo de nadie para expresar el amor que llevo dentro. Vivo en un cotidiano acto de habitar mi cuerpo y enamorarme de mi propia energía, abrazando mis contradicciones. Sólo desde mi totalidad puedo unirme a otro ser en completa armonía.

 

¿Eres consciente de los polos masculino y femenino que hay en ti?