Desde que tuve en mente hacer el proyecto de Las Mujeres Sabias que hay en Ti supe que mi madre debía estar incluída en él. Para mí, ella podría ser el prototipo de Mujer Sabia del siglo XXI, vital y muy presente, pues siempre ha comprendido el cambio como esencia del ciclo de la vida. Por eso la llamé “la sabia transmisora de valores”.

Ilustración: «La Sabia es Educadora». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.

En estos días de calor intenso, se me ocurre recordar el respaldo que me da saberme sostenida por unos valores que me ayudan a caminar por la vida. Normalmente vienen de nuestra familia, pero si no fue así, puede sernos útil usar la imaginación para crear dentro de nosotras a la madre que nos gustaría tener o haber tenido. Y darnos ese cuidado tierno y amoroso a nosotras mismas. El de esa madre, real o imaginada, que nos anima y confía siempre en nosotras

Mi madre se llama Nati. Es una mujer alegre, una maestra jubilada, que siempre ha dado gran importancia a esta forma positiva de transmitir valores, tratando de ayudar a las personas a crecer y fortalecer su autoestima.

Como otras Sabias, está plena de sentido común y firmeza, y predica con el ejemplo la generosidad, la escucha y la calma. Trabajó muchos años fuera de casa,  apoyó a sus hijos y nos ofreció espacio para equivocarnos y aprender. Creo que jamás la he oído quejarse.

Sé que no fui la mejor madre, pero lo hice lo mejor que supe, decía a menudo.  Escucharla decir esto, pienso que nos liberó a ambas.

Creo firmemente que cuando una mujer alcanza la plena madurez, sabe que el poder del universo muchas veces se manifiesta en la punta de la lengua, por eso, intenta decir cada palabra con conciencia. Es la fuerza de las madres universales, que imprimen emoción y sabiduría a todo lo que expresan.

Con los años he trabajado en aceptar agradecida todo lo que mi madre me ha brindado. Con sus luces y sus sombras. Pero siempre tuve la certeza de que lo más valioso que podía transmitir a mis hijos era el valor de sentirse en paz con ellos mismos, más allá de los altos y bajos de la apasionante travesía. Gracias por este legado, doña Nati.

 

Y a ti, ¿qué valores te mueven en la vida?

 

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