Gracias a mi hijo Dani apareció la Mujer Nieve en mi calendario Mujeres de la Naturaleza! Bocetando a Mujer Nube él me rogó que sin la Mujer Nieve no tendría sentido el trabajo. Y ahora que la descubro pasando página a diciembre, no me imagino acabar el año sin ella. Tan quieta, tan callada, tan oscura y tan luminosa.

Ilustración: «Mujer Nieve». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.

En un mundo tan sobre calentado por la trepidante acción, un poco de Mujer Nieve hibernante, hace mucho. Regula, refresca. Vivan las mujeres hibernantes. Las que se paran, las que sueñan, las que se cuidan y vuelven a regenerarse en su cueva. Saborean su derecho a no necesitar, a no comprar, a no hacer. ¿Para qué esa algarabía? Paren, paren, paren el mundo que yo me bajo.

Mujer Nieve grita verdades como: “Preservemos el Ártico, ¿qué haremos Hombres y Mujeres de la Naturaleza sin su termostato? Prestadme un invierno para descansar y un horizonte con cumbres blancas donde la esperanza pueda brotar”.

 

Y tú, ¿qué maneras tienes de invernar?

 

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